Inteligencia Emocional

Juan el ingeniero

Juan es un brillante graduado en informática. Nunca faltó a una clase y nunca dejó de hacer una tarea de sus profesores. Juan tiene una fuerte ética de trabajo y pasa la mayor parte de su tiempo libre estudiando por sí mismo técnicas avanzadas de programación y software.

Poco después de su graduación, consiguió su primera entrevista de trabajo con una gran empresa multinacional. El proceso de selección incluye tres entrevistas: (1) entrevista telefónica, (2) caso de hipótesis, (3) una prueba de incógnito.

Juan pasó brillantemente los primeros dos pasos, recibió la comunicación para volver en una semana sin más detalles sobre lo que pasaría ese día…

Pasa una semana y Juan se pasa por la oficina para prepararse para lo que pensó que sería otra entrevista con un ingeniero senior. Para su gran sorpresa, Juan descubre que hay otras 4 personas esperando, y que ninguna de ellas tiene ni idea de lo que va a pasar.

De repente, entra un ingeniero senior. Se presenta, felicita a Juan y a los demás por su excelente actuación hasta el momento y anuncia que hoy tomarán la decisión final sobre quién consigue el puesto de trabajo.

Resulta que la prueba de incógnito es en realidad otra simulación de brecha de datos en la que todos trabajarán, no individualmente, sino en equipo. Tienen 3 horas para completar el desafío, otros 2 trabajadores seniors de la empresa estarán en la sala con ellos, pero no pueden revelar ningún tipo de información, no se les puede pedir aclaraciones y tienen prohibido hablar con los candidatos.

Solo hay un portátil de oficina que pueden usar y necesitan recopilar por sí mismos toda la información que necesitan para comprender y resolver el desafío.

Después de desearles buena suerte, los ingenieros senior se sientan y comienzan a tomar notas.

Juan no sabe nada sobre estas personas o el desafío al que se enfrentan, está fuera de su zona de confort... en general, está muy inquieto, pero al reloj no le importan sus sentimientos y es hora de hacer el trabajo.

La tarea es clara y hay un sentido común de urgencia para ocuparse primero del desafío: el ordenador ya está encendido, es hora de pasar al problema...


Juan el ingeniero

Juan es un brillante graduado en informática. Nunca faltó a una clase y nunca dejó de hacer una tarea de sus profesores. Juan tiene una fuerte ética de trabajo y pasa la mayor parte de su tiempo libre estudiando por sí mismo técnicas avanzadas de programación y software.

Poco después de su graduación, consiguió su primera entrevista de trabajo con una gran empresa multinacional. El proceso de selección incluye tres entrevistas: (1) entrevista telefónica, (2) caso de hipótesis, (3) una prueba de incógnito.

Juan pasó brillantemente los primeros dos pasos, recibió la comunicación para volver en una semana sin más detalles sobre lo que pasaría ese día…

Pasa una semana y Juan se pasa por la oficina para prepararse para lo que pensó que sería otra entrevista con un ingeniero senior. Para su gran sorpresa, Juan descubre que hay otras 4 personas esperando, y que ninguna de ellas tiene ni idea de lo que va a pasar.

De repente, entra un ingeniero senior. Se presenta, felicita a Juan y a los demás por su excelente actuación hasta el momento y anuncia que hoy tomarán la decisión final sobre quién consigue el puesto de trabajo.

Resulta que la prueba de incógnito es en realidad otra simulación de brecha de datos en la que todos trabajarán, no individualmente, sino en equipo. Tienen 3 horas para completar el desafío, otros 2 trabajadores seniors de la empresa estarán en la sala con ellos, pero no pueden revelar ningún tipo de información, no se les puede pedir aclaraciones y tienen prohibido hablar con los candidatos.

Solo hay un portátil de oficina que pueden usar y necesitan recopilar por sí mismos toda la información que necesitan para comprender y resolver el desafío.

Después de desearles buena suerte, los ingenieros senior se sientan y comienzan a tomar notas.

Juan no sabe nada sobre estas personas o el desafío al que se enfrentan, está fuera de su zona de confort... en general, está muy inquieto, pero al reloj no le importan sus sentimientos y es hora de hacer el trabajo.

La tarea es clara y hay un sentido común de urgencia para ocuparse primero del desafío: el ordenador ya está encendido, es hora de pasar al problema...


¿Qué debería hacer Juan en esta situación?





Después de una ronda rápida de revisión y análisis, Juan se da cuenta de que este problema es mucho más desafiante de lo esperado, ¿qué debe hacer a continuación?





La gente comienza a abrirse sobre posibles alternativas y metodologías al desafío, por otro lado, Juan debería...





Después de esta breve sesión de lluvia de ideas, el grupo está progresando: entienden a qué tipo de dilema se enfrentan, el origen, la naturaleza y el origen del problema. Un miembro propone un plan de acción para diseñar, probar y validar una contramedida eficaz, que es diferente de lo que Juan estaba pensando. En este punto, Juan debería...





La prueba va bien y Juan capta de inmediato la solución final al desafío. Reconoce el mismo patrón de un problema anterior que su profesor le encargó un mes antes. Sin embargo, los otros aspirantes parecen no tener idea de cómo proceder a partir de ahí. ¿Ahora qué?






¡Enhorabuena, has ganado!